dilluns, 31 de març del 2014

Toshiro Kanamori

1. CUÁL ES EL MÉTODO DE ENSEÑANZA DEL PROFESOR TOSHIRO KANAMORI.

El documental ha sido rodado a lo largo de un año lectivo y sigue el trabajo del maestro Toshiro Kanamori. Un año en la escuela pública infantil Minami Kodatsuno, en la ciudad de Kanazawa en Japón, en el que se ve claramente como los niños APRENDEN DE VERDAD, a compartir sus sentimientos, a ponerse en el lugar de los otros, y a apoyar a todo el que lo necesite. Con ello aprenden a valorar la vida y por tanto a disfrutar de ella.

Cada día tres niños leen cartas ("LAS CARTAS DEL CUADERNO") a sus compañeros, hablándoles honestamente sobre sus sentimientos.
En la clase se les enseña, además del programa lectivo, como manejarse con relaciones problemáticas, con la infelicidad y con el alejamiento o perdida de los seres queridos. Incluso se enseña a ponerse en el lugar y a apoyar a los compañeros que han pasado por ello. Es decir, comprenden el significado de la palabra EMPATÍA.

2.CÓMO HA TRABAJADO CON LOS ALUMNOS LOS PROBLEMAS DE ACOSO EN LA ESCUELA.

Los problemas de acoso en la escuela han sido reflexionados por todos los alumnos, poniéndose en la piel de las víctimas mientras el profesor les hacía comprender la crueldad del asunto, pues todos se sintieron muy mal cuando se imaginaron en una situación así.

Por otro lado, cuando el profesor se ha excedido en algún castigo u orden ha existido diálogo entre ellos y ha mostrado flexibilidad, dando a entender que todos nos podemos equivocar, pues todo humano tiene la tendencia a errar para aprender. Eso es la base del carisma y la buena autoridad (que no autoritarismo).
Este método de enseñanza debería ser un modelo a seguir en todas las escuelas de nuestro planeta, pues Japón, siendo cuna de la disciplina y el control por excelencia, muestra a todos los humanos que un nuevo tipo de sistema educativo es posible, sin ningún tipo de teoría pedagógica sofisticada, siendo la empatía y el diálogo, dos de los pilares de este método.

3.SEGÚN VUESTRA EXPERIENCIA COMO ALUMNOS DE ESCUELA, ¿RECORDÁIS EXPERIENCIAS CON PROFESORES QUE HAYAN TENIDO EL OBJETIVO DE ENSEÑAROS A PENSAR EN LOS DEMÁS?

Estábamos en 5º de primaria, quedaban dos meses para las vacaciones de verano cuando un fin de semana, sábado concretamente, sonó el teléfono de mi casa. Lo cogió mi madre. Yo estaba a su lado y recuerdo que le pregunté quién era, la mamá de Manu me dijo. Conforme iba hablando comenzó a ponerse muy nerviosa y a llorar. Yo preocupado le pregunté que era lo que ocurría. Cuando colgó el teléfono fue a hablar con mi padre y ambos me dijeron que Jose, un amigo de clase había fallecido. Fue el viernes.

El lunes, tras haber asistido todos los compañeros a la misa de nuestro amigo, la profesora nos contó lo que ocurrió. Jose se quedó en casa de Moha, otro amigo de clase, el viernes a comer en cuanto terminaron las clases. Puesto que quedaban dos meses para las vacaciones de verano, teníamos el horario reducido y salimos a las 14.30h. La familia de Moha era la encargada de cuidar una mansión del centro de Elche, que años atrás contaba con toda clase de lujos y tecnología. Moha y sus padres vivían en una casa contigua a esta otra, dentro de la misma parcela. Ya por esos tiempos la mansión estaba deshabitada y en estado de deterioro.

Jose y Moha de vez en cuando saltaban en una claraboyas que iluminaban la piscina cubierta que esta casa tenía. Ese día Jose insistió en saltar, a lo que Moha le dijo que no, pues su madre le había dicho que estaban muy mal y era peligroso. Haciendo caso omiso, Jose comenzó a saltar cuando una de ellas, muy deterioradas por el sol se quebró, haciéndole caer desde una altura de más de cuatro metros y golpeándose la nuca con el bordillo de la piscina. Moha, con 10 años vio en persona todo el suceso, sin perder un segundo salió a la calle y entró en el bar de enfrente de su casa pidiendo ayuda. Esa noche Jose entró en coma, falleciendo a las pocas horas.

Ninguno podíamos creer lo que nos contaban. Acto seguido de narrarnos el suceso nos dijeron que Moha no había tenido nada que ver, que todo fue un dichoso accidente. No se nos pasó por la cabeza que nuestro amigo tuviera la culpa. En ese mismo momento, nos dijeron que uno por uno teníamos que contar a nuestros compañeros como nos sentíamos y que era lo que pensábamos. Recuerdo que todos llorábamos y conforme íbamos hablando comprendí lo que significaba el término muerte.

Moha estuvo mucho tiempo sin asistir a clase. Nos contaban que estaba en el psicólogo. Tras los días del facellicimiento de Jose, la gente empezó a inventar con que fue Moha quien lo había matado e incluso llamaron asesinos a la familia de mi amigo.

El día que Mohammed asistió a clase por primera vez después de meses, había mucho nerviosismo. Nos dijeron que no nos teníamos que burlar de él, que teníamos que acogerlo y hacer que poco a poco volviera a sentirse a gusto. Cuando tocaron a la puerta, esta se entreabrió, pudiendo ver a mi colega asomado un poco y mirándonos muy asustado. Al entrar, nos levantamos todos y nos fundimos en un abrazo con él.

Han pasado 11 años desde aquel suceso y puedo decir con orgullo que Moha es un hermano para mí, y a pesar de los insultos y las burlas que ha recibido hoy en día es de lo más popular que hay en Elche, pues es una persona alegre, muy simpática con la cual te descojonas de la risa, pero lo que está por encima de todo es que es una de las mejores personas que conozco.

Brindo por aquellos profesores que nos ayudaron a superar aquel mal trago  haciendo que los lazos de amistad se reforzaran entre los compañeros, brindo por mi hermano Moha por haber sido tan fuerte y porque todo le vaya bien en esta vida y sobre todo brindo por Jose, porque nunca nos hemos olvidado de él y seguimos queriéndole como hace 11 años.

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